dimecres, 15 de març del 2017

¿Hablamos de macromachismos?


  Según datos del Banco Mundial sobre brecha de género, España ha retrocedido en 14 puestos en el quinquenio 2010-2015. Pasamos al 28 lugar del ránking mundial en parámetros de igualdad entre hombres y mujeres.
  A la vez, se hacen evidentes datos que deben hacernos reflexionar;  los estragos y las repercusiones de la crisis económica en los niveles de pobreza y desigualdad y su brecha de género.
Frente a esto, nuevas y viejas violencias acechan a las mujeres, los mal llamados “vientres de alquiler” (¿y si hablamos de úteros?) y la gran demanda de prostitución, que nos sitúa en el primer país de la Unión Europea.
  Antiguos mandatos, para tiempos nuevos. Demandas articuladas como “derechos”, que hacen referencia a  lo de siempre, sexo y reproducción.
  Y, mientras tanto, pareciera que el discurso feminista quisiera devaluarse como demodé u ocultarse tras las Políticas de Igualdad (en genérico, sin “apellido”). Pareciera que hay un gran interés en difuminar o, claramente borrar, las razones de la existencia del movimiento feminista, las desigualdades históricas entre hombres y mujeres.
  Lo constato en muchos ámbitos y, aunque el feminismo es fuerte, hay una gran masa social que desconoce la teoría feminista y bebe de fuentes contaminadas donde se habla de antagonismos y disputas de género, como si feminismo fuera la antítesis de machismo, hablando de “micromachismos”, cosas pequeñas (¡ay, estas feministas!). El machismo es algo del pasado, parecen decir, está superado, son pequeñas cosas, para grandes sensibilidades.
  Y hemos de seguir explicando el significado de Igualdad, porque en cuanto nos descuidamos nos atizan con aquello de que la “igualdad es un fraude”, que hombres y mujeres somos diferentes. Y hay que volver a explicar, como siempre argumenta nuestra maestra Elena Simón, que la diferencia es connatural, que nacemos diferentes, pero que la diferencia de la cuna no justifica la desigualdad (de género, de capacidad, económica, etc). Y que el anhelo de Igualdad tiene que ver con el reconocimiento de derechos y oportunidades, pero también con el trato igualitario. Que hablamos de Derechos Humanos.
  Pues ahí andamos, hablando de micromachismos mientras el capitalismo neoliberal campa a sus anchas en connivencia con el sistema patriarcal, sí, el que históricamente trazó la raya de la desigualdad y la opresión de la mitad de la Humanidad.
  Por ello es necesario hablar de los viejos y los nuevos machismos. De los “macromachismos” como la prostitución y los vientres de alquiler.        Hablemos de explotación, trata y tráfico de personas.
   Hablemos de la apropiación del cuerpo de las mujeres, de su libertad reproductiva y sexual. Y de los suculentos negocios y beneficios. Y desvelemos el envoltorio almibarado de solidaridad reproductiva y libertad de elección. Más bien es un abuso de la parte por el todo, porque lo que de verdad está en cuestión es el deseo del padre, el poder.
Las mujeres, una vez más, sufren el mandato de género, “biología es destino”- Celia Amorós dixit-.
  Desmontar el discurso neoliberal será difícil, pero necesario y urgente.    Muchos intereses, también políticos, hay en juego. Hablamos de negocio, de transacciones económicas, de PIB ( la prostitución, junto con las drogas, un 4,5 % en 2015) y de voces a favor de la legalización tanto de la prostitución como de los vientres de alquiler.
  No es permisible que los deseos de unos atenten contra los Derechos Humanos, la de tantas mujeres que son tratadas y violentadas en una suerte de “Nuevo Discurso Liberal” de libre elección. ¿Nos olvidamos de la desigualdad económica y las situaciones de necesidad? ¿Qué hay de la formación y el acceso al mercado de trabajo?.
  La desigualdad campa a sus anchas. Las lógicas del mercado (todo puede ser mercancía y producto) han ocupado el espacio de la ética y los límites de la dignidad e integridad de las personas.
  Así que no hay equidistancia posible, o aceptamos que sean las lógicas del mercado las que organicen y fundamenten nuestras vidas y sociedades o pensamos colectivamente cuál es el legado que deseamos para las nuevas generaciones.


Josefina Carreño Montoya.
Maestra de AL
Vocal de la Intersindical Valenciana en la PFA
FEBRERO DE 2017

Publicado (traducido al valencià)  en “Quaderns sindicals del País Valencià” nº 64. Epoca IV. Març 2017


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